29 de abril de 2022.
XXVII Informe Loyola Economic Outlook (LEO) de la Universidad Loyola en colaboración con CEA.
El PIB de Andalucía se sitúa en un escenario intermedio en un 3,5% en 2022, y del 1,6% en 2023, bajando las previsiones 1,3 y 2,2 puntos, respectivamente.
La inflación se situaría en torno al 6% este año dada la compleja coyuntura internacional, moderándose significativamente en 2023 a entornos más normalizados.
Las proyecciones macroeconómicas del XXVII Informe Loyola Economic Outlook (LEO) presentadas hoy por el profesor Olexandr Nekhay, del Departamento de Economía de la Universidad Loyola, y el secretario general de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Luis Fernández-Palacios, señalan un escenario a la baja del crecimiento económico en Andalucía durante los próximos meses, que se situaría en el 3,5% en 2022 y del 1,6% en 2023. Estos pronósticos implican una corrección a la baja del 1,3 y
del 2,2 para 2022 y 2023, respectivamente, con respecto a las anteriores predicciones.
Tanto en el caso nacional como regional, la revisión a la baja respecto a las previsiones del número anterior se debe, principalmente, a las tendencias inflacionarias que condicionan la recuperación macroeconómica tras la crisis sanitaria. El escenario económico esperado es de una desaceleración económica notable en los próximos meses. Los efectos económicos del conflicto en Ucrania se dejarán notar en mayor medida en los meses centrales del año 2022, a medida que la subida de los costes energéticos continúen traduciéndose en una escalada generalizada del nivel de precios de la economía, e impacten sobre la evolución de la actividad económica.
El IPC general para Andalucía en marzo de 2022 se sitúa en el 9,9%, lo que supone un máximo histórico. Esta inflación tiene un impacto mayor en sectores que dependen directamente de aquellos productos que más han incrementado su precio recientemente, como por ejemplo es el caso de los carburantes y determinadas materias primas de origen vegetal como piensos, cereales, semillas, etc. Así, Olexandr Nekhay indica: “El sector agropecuario de Andalucía está siendo ya uno de los sectores productivos más perjudicados por esta tendencia inflacionista, a la que se suma el aumento del precio de los fertilizantes y pesticidas químicos procedentes del país en conflicto”.
Un componente de incertidumbre añadido
Según los datos reflejados en el Informe LEO, el contexto económico actual condiciona los pronósticos de Andalucía para 2022 y 2023. Los problemas en las cadenas de suministros, apenas recuperadas de la pandemia, se suman a un conflicto militar en Ucrania que introduce un componente de incertidumbre añadida al panorama económico en la región. La inflación, que ya venía siendo elevada desde finales de 2021 por el desajuste oferta-demanda en los mercados de bienes y servicios, se acelera aún más por el incremento del precio de la energía derivado del conflicto en suelo europeo. Las presiones inflacionarias se hacen notar de una forma generalizada en el conjunto de los productos de la cesta de la compra.
En resumen, la incertidumbre continúa perenne en la economía y eso no facilita los pronósticos a medio y largo plazo. Existe demasiada exposición a factores exógenos al ciclo económico que pueden condicionar el devenir de los acontecimientos en los próximos meses. La duración y extensión del conflicto de Ucrania, así como la posible aparición de nuevas cepas pandémicas durante los próximos meses tendrán un efecto directo en la evolución de la inflación y del crecimiento económico en la mayor parte de los países europeos. Por otro lado,
hay que advertir que el margen de maniobra de los gobiernos de la eurozona es
escaso, aunque sus respuestas serán claves para la evolución de la economía
andaluza.
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